Datos
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La vida al ritmo de los datos, como si todo dependiera de cifras.
Un número como pauta. ¿Acaso no hay mas?
Se nos asignan números para identificarnos. Somos número de expedientes / caso, de paciente, empleo, matrícula y en casos aún mas cosificantes nos transforman en número de cuenta, crédito o tarjeta.
Etiquetados con números, vamos dejando un rastro de “transacciones”, marcas que son rastreables y luego con el análisis de big data, nos mezclan con otros miles de datos para ver tendencias.
Cada click en cualquier dispositivo es también fiscalizado y mientras más cuentas a servicios digitales tengamos, mas nos mezclamos hasta convertirnos en un algoritmo.
Ojalá así de claro pudiéramos contabilizar las veces que nos hemos reído a carcajadas, los abrazos que nos reconfortan, las charlas que nos nutren, las muestras de cariño – amor – respeto.
Pero eso es difuso, no genera un “bien”, un servicio” un resultado de producción.
Salir del “dato” brincar más allá de la campana de Gauss.
Atesorar lo valioso.
La mayoría de las veces, el tic-tac de la rutina y la vorágine socio cultural, nos sepulta y nos aleja de lo que cada quien pueda considerar importante.
APOCATÁSTASIS 