Cuenterías

Telaraña


IMG0303AFuente de imagen: Palomilla Apocatastásica

Atrapada, una vez más me encuentro atrapada, es un pasado que me estanca, una vida que no es mía. Vivo anclada en esta telaraña. Todos los demás huyeron, alcanzaron a salir antes de la fatalidad. En cambio yo, me he quedado pegada por el cordón umbilical.

Las estatuas me observan, todo sigue como hace siglos, nada debe ser movido, incluso las viejas consignas se repiten una y otra vez, en ese tocadiscos sin aguja.

Los veo aterrada, desde sus órbitas brillantes y terribles, me suplican que los salve de sí mismos. De verdad que hice el intento, ahora sólo quiero despegarme.

Mis alas se han pegado, se han unido a mi cuerpo con una baba pegajosa. Me asfixian, cada consigna arde y los días se suceden de nuevo. Es como volver a la misma pesadilla. Las mismas paredes rosas, el mismo sol colándose en la persiana, siempre lo mismo. Aquí quedaron atrapadas las niñas.

Sus palabras se anclan en mi cabeza, se ríen a carcajadas porque no hay escape. Mi garganta es un nido de avispas que se va llenando de pustulencias.

Siento los hilos enredándose lentamente en mi cuerpo, el tic, tac del reloj vuelve a decirme que cuente hasta el momento de la huída.

Me piden que no cuente ya los noventa días, los doscientos noventa y un días, ahora los once días, días y días. Se acunan en mi cabeza, estallando, hasta consumirme. Pero ¿Cómo detener la cuenta si sigue doliendo?

Repito una vez más que esta historia no es mía, esta vida no es mía, esta decisión tampoco es mía. Cierro los ojos y quiero que de una vez por todas, se pueda transformar en sueño esta pesadilla.

Platícame que piensas de lo que escribo.